Sigo con mis reportajes de esta zona, porque 15 días dan para hacer muchas fotos.
De las excursiones pedestres, creo que la que más nos gustó a todos fue la subida a la cumbre de ‘A Moa’ (traducido ‘La Muela’), el punto más alto del monte Pindo. Hay varias rutas que conducen a este lugar: se puede subir desde Quilmas, desde San Clemente en la aldea de Pindo o desde la aldea de ‘O Fieiro’ que se encuentra atravesando el embalse del Ézaro y continuando por la pista asfaltada. Esta fue la variante que hicimos nosotros.
El monte Pindo, al fondo, visto desde el pueblo de Arcos:
Desde O Fieiro se toma un desvío por una pista de tierra a mano derecha, a partir de la cual comienza la ascensión bastante bien señalizada con algunos carteles, marcas de pintura y piedras amontonadas.
Iniciamos la ruta en dos ocasiones, la primera, tras ponernos en camino una amenazadora niebla empezó a hacer acto de presencia
Y hasta aquí pudimos llegar, que la niebla no es buena compañera y cada vez estaba más cerca. Así que nos dimos la vuelta y pospusimos la aventura para otro día.
Al día siguiente, volvimos al punto de partida y al bajar del coche me di cuenta de que me había dejado la cámara en casa, así que todas las fotos a partir de ahora están hechas con la Lumix
Pasando la señal donde el día anterior dimos la vuelta a causa de la niebla, la ruta se empieza a hacer cada vez más empinada y pedregosa, pero merece la pena.
Volviendo la vista atrás, a pesar de la abundante bruma, se ve a lo lejos la serpenteante carretera que sube al mirador de Ézaro y las tuberías que llevan el agua a la central eléctrica, y en las cumbres vecinas una procesión de generadores eólicos.
Aquí exprimiendo al máximo el zoom de la lumix vemos el mirador de Ézaro.
A lo largo del camino rocas curiosas…
Ya se que también puede ser la huella de un perro grande, pero por lo largas y afiladas de las uñas a mi se me antojó que era de lobo…
Dos árboles secos que llamaron mi atención.
Más piedras…
Algo antes de llegar a la cima ya se puede divisar la playa de Carnota.
Y ya en la cumbre la foto de grupo, con la playa de Carnota al fondo.
Ada, con los pantalones rotos de tanto subir y bajar por las rocas, acercándose al mojón del vértice geodésico.
Unas mesitas estratégicamente colocadas al abrigo del fuerte viento que soplaba en la cumbre son el sitio ideal para merendar y coger fuerzas para el camino de bajada.
Disculpad que no ponga fotos del impresionante panorama que se veía desde arriba, las playas, y los pueblos que rodean al monte pero es que la bruma deslucía mucho el paisaje al nivel del mar, y además no llevaba mi cámara…