¡Bichos!

 Publicado por a las 17:24  Fotos Libres, Naturaleza, Reportajes  Tagged with: , , , ,
Sep 022013
 

Yo no soy muy de macro, ni tengo paciencia para hacer fotos de insectos. Pero como en Agosto el tema del mes era ‘Bichos’ desempolvé el único armamento que tengo actualmente para macro, que son unos filtros close-up de esos que añaden dioptrías al objetivo y reducen su distancia mínima de enfoque.

Aprovechando un fin de semana en mi pueblo, salimos a pasear Ada, Belén, mi hermana y yo.

Yo me iba parando en cada flor y en cada mata aprovechando para disparar a los bichitos:

Dada la limitación del armamento había que buscar bichos que no se movieran demasiado, porque hay que acercarse mucho; y los bichos que vuelan, enseguida huyen despavoridos.

Por ejemplo las abejas, que solo paran uno o dos segundos en cada florecilla, es casi imposible enfocarlas.

Las chinches, como esta de la malva ya es otro cantar: te da tiempo a tirarte en el suelo y acercarte lo suficiente para enfocarla y disparar…

Con estas chinches rayadas estaba teniendo suerte, porque son muy vistosas, abundan bastante en verano y al andar por las flores de las zanahorias silvestres, no hay que echar la barriga al suelo para afotarlas, solo agacharse un poco.

Y en ese menester andaba, afotando chinches rayadas, como las que luego presentó Franks en la foto titulada ‘No te escondas’… Bueno en su foto en realidad hay dos especies de chinches, las rayadas y una chinche mediterránea (Carpocoris mediterraneus).

Incluso pillé a algunas realizando actos que debieran tener más intimidad, (si es que estos paparachis ya no respetan nada…). Cuando mi hija me llamó para que fotografiara una abeja que estaba supuestamente dándose un atracón de polen en una flor. Yo intenté esquivar la propuesta, diciéndole que no daba tiempo, que las abejas enseguida vuelan… Pero al ver que insistía, y que me aseguraba que esa no volaba, y que ya llevaba un rato en la misma flor me acerqué para comprobar lo equivocada que estaba mi hija.

La supuesta abeja no estaba polinizando la flor de árnica, estaba atrapada por una araña perfectamente camuflada. La abeja no es tal, aunque se le parece mucho, se trata de una mosca zángano. Y todavía se debatía con fuerza intentando zafarse del mortal abrazo de la araña cangrejo que certeramente clavó su aguijón entre la cabeza y el tórax de la mosca.

Y cuando el veneno fue causando su efecto y los aleteos y pataleos fueron a menos aflojó la puñalada, para volverla a clavar en el tórax, justo donde arranca el ala, quizá más cerca del corazón de su víctima…

Y esa fue la foto que presenté al juego del mes…